jueves, 20 de septiembre de 2007

De la Concentración al Piano

Sea cual sea la razón, la concentración nos ha servido, mejor o peor, y nos sigue sirviendo para la asimilación y comprensión mental, física y emocional de los elementos necesarios para la vida.

La concentración no es, por lo tanto, un fin en sí mismo sino un medio. Medio que nuestra inteligencia o nuestro interés utiliza para acortar los procesos de aprendizaje. Para aprender tanto comportamientos sociales y adaptativos como para retener versos de Lorca o aprender a montar y desmontar el motor de un helicóptero. Lo cierto es que la concentración no es tan sólo un medio sino que es el único medio del que disponemos para la asimilación de cuántos propósitos tengamos en mente.

Ese es el punto esencial al que quería llegar: Es el ÚNICO medio. Sin él nada se aprende ni se retiene.

Por lo tanto y siguiendo esa lógica no habrá educador que no ponga los 5 sentidos en enseñar correctamente y desde niño a concentrarse. ¿Cierto?

Sin embargo y en general los profesores de piano tendemos a utilizar recursos que obligan a la concentración. Obligamos a repetir incansablemente, aconsejamos el uso de técnicas asociativas y a subrayar todo aquello que les parezca importante...En fin y acortando, intentamos que los alumnos se concentren pero no les enseñamos a concentrarse.

Pese a todo, la explicación teórica de la concentración, de su importancia en todo proceso de aprendizaje y sus posibilidades de mejora se explican bastante bien:

"Tenemos un cerebro con una inteligencia X que permite desarrollar una concentración X (luego veremos los modos) que, a su vez, lleva a una memoria X y que, de vuelta, fortalece y mejora la inteligencia X". Círculo cerrado.

Vayamos por lo tanto desglosando lo que cada uno de estos elementos necesitan para un óptimo funcionamiento: La mayor parte de nuestras virtudes mentales tienen su llave de arranque en estados anímicos. Por ejemplo la inteligencia no sería nada si no existiera la curiosidad como elemento potenciador. Despertar esa curiosidad tiende a ampliar considerablemente los horizontes intelectuales del niño.

Del mismo modo con la concentración. El interés, la atracción, el amor son las llaves que abren de par en par la concentración a cualquier materia. A mayor interés, mayor concentración que, a su vez, redunda en una capacidad aumentada de retención y, por lo tanto, de rapidez en el aprendizaje.

Diremos, entonces, que para despertar la facultad de concentración deberemos inevitablemente potenciar el interés, la curiosidad, el amor del alumno por el elemento que deseamos aprenda.

Hasta ahora la exposición es sencilla. Más bien bastante obvia. Y sin embargo...No se tiene por normal adelantar el interés al propio estudio de la materia. Damos por hecho su interés al venir a clase. Y cometemos el primer gran error (a veces definitivo) de la enseñanza. Dar por hecho ciertas cosas sin comprobarse.

Limitándonos a la Música y, más concretamente al piano, las primeras clases deberán sujetarse sobremanera a despertar todo el interés y la magia por el instrumento. Póngase tan sólo unos instantes en la cabeza de ese niño que ve y toca por primera vez un piano. Magia pura...

Adornar al piano, a los pianistas, a la música de todos sus alicientes mágicos disponibles de forma que el niño potencie al extremo su capacidad de atención será muy sencillo siempre y cuando el profesor posea esa facultad tan necesaria de "saber relatar" como quién relata un cuento de hadas...

La concentración es probablemente el estado mental más agotador para el cerebro. Por ello es fundamental tener presente que una buena dieta e incluso algunos complementos a base de fósforo y glucosa principalmente serán necesarios en la época estudiantil.

Se ha llegado a la conclusión de que 5 horas de concentración plena al día es lo máximo que un cerebro puede dar de sí. También sabemos que esas 5 horas no pueden conseguirse de un tirón puesto que un cerebro normal incluso brillante apenas logra un máximo de 50 minutos de atención seguida. Es lógico por lo tanto repartir esas 5 horas en espacios sabiamente distribuidos de modo que la atención esté siempre a pleno rendimiento.

Tomarse un descanso de media-hora mínimo y 45 minutos máximo entre estudio y estudio. Ese descanso debe pretender 2 cosas esenciales: 1) Olvidarse de todo lo hecho anteriormente. No rumiarlo por temor al olvido. Al revés. Olvidar a sabiendas que la capacidad de retener a largo plazo consiste principalmente en la alternancia Olvidar-Recuperar. 2) No dar tiempo al cuerpo y a las emociones a enfriarse en exceso. Como decía el maestro de piano ruso Heinrich Neuhaus: " El estudio de la obras debe mantener siempre un estado constante de ebullición porque un huevo nunca se hierve 2 veces..." Neuhaus dixit. (En castellano: Cuando estudies, nunca pierdas el tiempo. Porque ese tiempo nunca volverás a verlo)

La consecuencia más inmediata de una concentración elevada es una retención elevada. Como el cuerpo y la mente obran según normas profundas de "biofeedback" deberíamos poder invertir este proceso y consecuentemente afirmar: " La consecuencia más inmediata de una retención elevada es una concentración elevada". Y es cierto.

Así es efectivamente. La concentración puede buscarse a través de ella misma o a través de su resultado más inmediato. En este caso una buena retención.

El sistema nervioso central y periférico han sido creados con la virtud de autocontrolarse mediante sistemas de retroalimentación. Este sistema funciona tanto por un lado como por el otro. Es lo mismo concentrarse para retener que retener para concentrarse.

Y así es como debe ser. Al momento de practicar, de ensayar, de estudiar ambos lados forman parte de un círculo cerrado. Este círculo cerrado equivale, inequívocamente, a la gran concentración.

Y Finalmente: A memorizar los españoles decimos memorizar, retener, absorber etc. En Francia decimos: " Apprendre par coeur". (Aprender de corazón). ¿Bella expresión verdad? Y musicalmente tan real...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

mi hija tiene problema de concentración y me gustaría saber qué podría hacer para hacer que se centre

Michel Mañanes dijo...

Su hija es pianista? De cualquier modo si no se centra es o por dejadez o por otro orden de dificultad. Ha notado un cambio en ella recientemente?

Anónimo dijo...

No, no es pianista pero a mi me gusta y ví tu blog. Pero si que he notado que ultimamente anda por las nubes. No sé que la pasa

Michel Mañanes dijo...

Veamos. No soy especialista pero juraría que tu hija está creciendo y quizá ande con alguién en la cabeza rondando :-)

Anónimo dijo...

Tu crees? Pero si tiene 13 años? Es demasiado joven creo. Pues ya le preguntare a ver. Si es asi prometo contártelo

Unknown dijo...

La concentración requiere de disciplina en cualquier ámbito, ya sea en la música, en la vida diaria, en el amor etc. Felicidades Michel me encantas!! Rosario...